Thursday, February 7, 2013

19 fantasías

De niña solía decir: quiero ser princesa,
quiero ser artista, quiero vivir para siempre. 
¿Por qué será que nos alimentan con lo irreal?
Todos se ahorran el trabajo de explicar la realidad
con ideals tan fantasiosos, siempre tan potente.

Fantasía, es una palabra clichosa
Es la excusa de muchos para explicar sus locuras.
Es el mundo donde viven los políticos de mi país.
Es el país de cada princesa de Disneylandia.
Es un estado donde sale todo desde la raíz.
A pesar de su hermosura, sigue siendo la gran mentira
de la que tarde o temprano despertaremos,
es la mentira que ocurre en la imaginación
al surgir un sueño.


¿Cuántas fantasías han ocurrido en la vida cotidiana?
En mi caso, ya mañana son 19 fantasías
19 fantasías.
19 irrealidades.
19 años. 
19 estrellas.
19 historias,
cada una con un cuento diferente. 

¿19 sueños? Puede ser, pero no son sueños cualquiera. 
Total, la idea de perseguir sueños no me atrae.
Ni tiene que ver con la atracción,
simplemente no llena mi  barril de satisfacción.
He ahí mi ambición de hacer mis sueños realidad, 
hacer lo imposible, porque lo posible lo hacen todos. 

Pero más que 19 sueños, son 19 fantasías en la que
me hace la ilusión de todo lo bueno que está por venir. 

Foto:  hillron.blogspot.com

Saturday, February 2, 2013

La censura mata la verdad.



    En este mundo de periodismo rosa, ya no tengo ni a quien creerle por unas simples estadísticas del país. Periodistas graduados, yo no se para qué demonios estudiaron para sus títulos. Todo lo que existe en el parametro de mi país cualifica a censura o favoritismo a cierto ideal político. Además de eso, dándole importancia a personas de cero importancia a la sociedad, como ejemplo la Kardashian plástica esa. A mí no me importa. Y menos debería importarle cuando hay tanto encubrimiento y cuestionamiento en la isla hermosa. Esa libertad que tenemos como periodistas es una herramienta para la profesión, es la capacidad de integrar nuestros pensamientos y transmitirlos al más allá. Hay que obedecer la moral como periodista, informante del pueblo y educador de sociedad: jamás responderé por sujetos de tercera que solo piensan en el aumento de su capital y la destrucción ajena. Tengo mi código moral, pero más que eso, poseo la moral periodística de obedecer a mi deber. Ante todo, soy una periodista.

Escucha antes de dejarme en libertad.

Cuando te acuerdes de mí y antes de
dejar esta paloma en libertad,
acuerdate de que una vez
compusimos sin frialdad
aquella noche de dulces anhelos
donde la madurez coincidía
con la añorada fantasía.

Ahora, todas esas memorias
de una niña vacía quedan
en el bául que alguna escoria
quisiera que accedan
los fantamas de la adolescencia perdida,
donde todo era imaginario
y que alguna vez logré soñar.

Pero no, ya la niña no puede volver a soñar.
Ya la paloma está en libertad, pero
jamás será libre,
seguirá en el cautiverio de la amargura,
con sus memorias de alma vacía.