Tuesday, September 9, 2014

Estudia en la IUPI: Taser y Pepper Spray 3001

   


    A menos de un mes del comienzo de clases en la Universidad de Puerto Rico, recinto de Río Piedras; es escalofriante e indignante tener ya 7 alertas de seguridad.  Con los portones abiertos siempre, y más de 14,000 personas transitando el campus a diario, ¿tan ilógico es pedir más seguridad para nosotros el estudiantado y los profesores? 

   Hace unas semanas, a una compañera y su amiga las asaltaron a plena luz del día en la Facultad de Humanidades. A otro muchacho lo asaltaron esperando a su novia frente al edificio de Música. Hoy, miércoles 9 en la noche, le espetaron una jeringuilla a una estudiante en el estacionamiento de Ciencias Naturales, que se defendió con pepper spray en medio de un asalto. Es insólito tener que caminar con la ‘perse’ dentro de tu propia Universidad, por miedo a que te asalten lo poco que tienes.  ¿Ellos piensan que nosotros los estudiantes tenemos un árbol que nos da dinero cada vez que se puede? ¡Ojalá que sea cierto, porque me pongo a buscarlo yo también! No tengo beca, y lo poco que tengo ha sido el sacrificio de mis padres por darme las herramientas para tener una exitosa carrera universitaria.  Tener o no tener beca, nosotros y nuestras familias hacemos de tripas corazones para poder tener  lo que tenemos. ¿Acaso el sacrificio de nosotros merece ser tronchado por unos sin vergüenzas que prefieren el camino fácil por no joderse por lo suyo?  ¿Y nuestra paz, dónde quedó?

   Pronto saldrá alguien diciendo que es mi culpa por tener un horario tan tardío. Es fácil decir “escoge tus clases más temprano”, pero amigo, usted no sabe la historia de cada estudiante. Algunos trabajan o cuidan a un familiar durante el día, siendo el único momento para estudiar por la tarde o por la noche. Todos tenemos una historia diferente: tenemos laboratorios, investigaciones que cogen mucho tiempo, exámenes para estudiar. Pasamos demasiado tiempo en la Universidad, dedicando nuestro mayor esfuerzo a nuestros estudios, para que venga una escoria a interrumpirlo, como el viejo verde (ya decirle hombre es un poco vergüenza)  que se masturba observando a muchachas en la Biblioteca Lázaro.


    No sé en qué rayos piensa los guardias universitarios. Tal vez si se dedicaran a la seguridad de los estudiantes de igual manera como hacen dejando “tickets” en los carros  o jugando dominó en su oficina, pudiera ser que tuviéramos una diferencia.  Una simple escolta a nuestros carros por la noche no es suficiente para atender el problema en el Recinto. Para hacer un concierto de apertura para los estudiantes rápido lo ponen bonito ¿y más allá de eso que hay para los estudiantes? Son ya 7 alertas de seguridad perturbadoras, pero si esas asustan de por sí: imagínese todas las que no han sido publicadas. La Universidad no me garantiza la seguridad fuera de ella, seguro. Pero es mi derecho tener seguridad dentro de ella. 

Thursday, February 7, 2013

19 fantasías

De niña solía decir: quiero ser princesa,
quiero ser artista, quiero vivir para siempre. 
¿Por qué será que nos alimentan con lo irreal?
Todos se ahorran el trabajo de explicar la realidad
con ideals tan fantasiosos, siempre tan potente.

Fantasía, es una palabra clichosa
Es la excusa de muchos para explicar sus locuras.
Es el mundo donde viven los políticos de mi país.
Es el país de cada princesa de Disneylandia.
Es un estado donde sale todo desde la raíz.
A pesar de su hermosura, sigue siendo la gran mentira
de la que tarde o temprano despertaremos,
es la mentira que ocurre en la imaginación
al surgir un sueño.


¿Cuántas fantasías han ocurrido en la vida cotidiana?
En mi caso, ya mañana son 19 fantasías
19 fantasías.
19 irrealidades.
19 años. 
19 estrellas.
19 historias,
cada una con un cuento diferente. 

¿19 sueños? Puede ser, pero no son sueños cualquiera. 
Total, la idea de perseguir sueños no me atrae.
Ni tiene que ver con la atracción,
simplemente no llena mi  barril de satisfacción.
He ahí mi ambición de hacer mis sueños realidad, 
hacer lo imposible, porque lo posible lo hacen todos. 

Pero más que 19 sueños, son 19 fantasías en la que
me hace la ilusión de todo lo bueno que está por venir. 

Foto:  hillron.blogspot.com

Saturday, February 2, 2013

La censura mata la verdad.



    En este mundo de periodismo rosa, ya no tengo ni a quien creerle por unas simples estadísticas del país. Periodistas graduados, yo no se para qué demonios estudiaron para sus títulos. Todo lo que existe en el parametro de mi país cualifica a censura o favoritismo a cierto ideal político. Además de eso, dándole importancia a personas de cero importancia a la sociedad, como ejemplo la Kardashian plástica esa. A mí no me importa. Y menos debería importarle cuando hay tanto encubrimiento y cuestionamiento en la isla hermosa. Esa libertad que tenemos como periodistas es una herramienta para la profesión, es la capacidad de integrar nuestros pensamientos y transmitirlos al más allá. Hay que obedecer la moral como periodista, informante del pueblo y educador de sociedad: jamás responderé por sujetos de tercera que solo piensan en el aumento de su capital y la destrucción ajena. Tengo mi código moral, pero más que eso, poseo la moral periodística de obedecer a mi deber. Ante todo, soy una periodista.

Escucha antes de dejarme en libertad.

Cuando te acuerdes de mí y antes de
dejar esta paloma en libertad,
acuerdate de que una vez
compusimos sin frialdad
aquella noche de dulces anhelos
donde la madurez coincidía
con la añorada fantasía.

Ahora, todas esas memorias
de una niña vacía quedan
en el bául que alguna escoria
quisiera que accedan
los fantamas de la adolescencia perdida,
donde todo era imaginario
y que alguna vez logré soñar.

Pero no, ya la niña no puede volver a soñar.
Ya la paloma está en libertad, pero
jamás será libre,
seguirá en el cautiverio de la amargura,
con sus memorias de alma vacía.